Uno de los aspectos que crea confusión en el común de los mortales es la evolución de las teorías, porque deja la falsa impresión de que la teoría anterior era equivocada. La relatividad general de Einstein es más precisa que la de Newton, que a su vez es mejor que la descripción de Galileo. La relatividad describe fenómenos que la gravedad Newtoniana no describe, pero no afirma que está equivocada, simplemente le pone límites. Las teorías son siempre aproximaciones a la realidad, son como mapas de la realidad, y un mapa más preciso no invalida al menos preciso. La ciencia es un proceso, siempre con cabos sueltos, es un borrador en permanente reelaboración, sin borrar lo ya escrito. Pero no se confundan: hay conocimientos que llegaron para quedarse, su re-elaboración no los destruye, los afina.
Terraplanistas, temblad!! Eratóstenes predijo dos siglos AC que la Tierra era una esfera y estimó su circunferencia. Fue una legítima predicción científica, con suposiciones, observaciones, y cálculos matemáticos. Ese es un conocimiento que perdurará. Hoy sabemos que es así, pero con muchísimas más razones, evidencias y exactitud. La existencia de antimateria, por ejemplo, es un conocimiento que llegó para quedarse. Que la velocidad de la luz es una barrera insuperable, es una verdad que pesistirá. El universo se expande, la entropía de un sistema aislado no disminuye, la materia está formada por partículas elementales… Ninguna de esas afirmaciones va a cambiar. Pueden jurarlo.
Hay una creencia que aflora por los intersticios de algunos círculos intelectuales tal vez por el afán de ser inclusivos, y que es necesario extirpar para tener una mejor comprensión de la empresa científica; y es que el discurso científico es una mitología más, con el mismo status que una leyenda de creación. Los mitos nos dicen algo aproximado de la comunidad que los inventa, y nada del universo. Las leyes que la ciencia va descubriendo, nos permiten conocer aproximadamente a la comunidad científica pero también algo aproximado real y objetivo del universo o de una parte de él. No todo vale, no todas las narrativas son equivalentes y el mito del diluvio universal no tiene la misma jerarquía que el modelo del big bang.
Para complicar más la situación, la física a menudo aborda ámbitos y fenómenos tan pero tan alejados de la experiencia cotidiana que no tenemos intuición acerca de ellos. Distancias asombrosamente grandes, o ínfimamente pequeñas, campos gravitacionales descomunales, temperaturas gigantescas…y el sentido común se nos vuelve papelillo. Nuestras categorías de pensamiento, algo provincianas, no logran capturar esas realidades, y nos lucen incomprensibles. Hay que entender que no es misión de la ciencia hacer que la realidad nos luzca intuitiva, y nuestra guía son los experimentos y las leyes siempre en construcción.
La ciencia se fue haciendo ciencia deslastrándose de unos orígenes mágico-religiosos donde la alquimia, la astrología, la numerología bíblica eran el telón de fondo. No es descabellado pensar que en tiempos de internet persista aún una propensión por lo oculto, una sutil atracción hacia lo desconocido, la inercia de las creencias que le guiña el ojo al metafísico que llevamos dentro y confunda el mensaje científico.
Nunca como ahora se había divulgado tanto la ciencia; y nunca como ahora afloraron tanto las conjuras pseudocientíficas: antivacunas, terraplanistas, negacionistas, reptilianos, conspiranoicos, médicos cuánticos, iluminatis y pare de contar.
La ciencia es un fenómeno complejo, su línea fronteriza está desdibujada
incluso para los científicos y la comprensión de la ciencia por el gran público
requiere un mensaje claro, y ese no siempre es el caso; influencers,
divulgadores difunden por las redes mensaje ambiguos y en ocasiones abiertamente
falsos.
Redoblar esfuerzos para entender más y mejor la ciencia y combatir posiciones
anticientíficas sigue siendo asignatura pendiente de los investigadores,
divulgadores y estudiantes de ciencia.
Totalmente acertada su reflexión. La Ciencia siempre brillará aún en medio de tanta basura.
Muy necesario este excelente artículo! Muchas gracias por asumir esta tarea invirtiendo tu talento y conocimientos en la construcción del “saber común” … fundamental para avanzar hacia el anhelado ” bien común”!
Gracias querida Olga 😉