EL TIEMPO, GRAN ESCULTOR

 
Héctor Rago
 
El tiempo es el único misterio esencial. Al menos eso escribió Jorge Luis Borges. Para entender la naturaleza íntima de esa sustancia elusiva que nos devora y que a la vez nos da vida, la humanidad ha inventado mitos y religiones, poemas y ciencias. Ríos heraclitanos en los que no nos bañamos dos veces, Cronus devorando a sus hijos o Luchos Gaticas clamándole al reloj que detenga su camino y haga esta noche perpetua. Es el tiempo bifurcándose perpetua y borgianamente hacia innumerables futuros o implacable y siempre dejándonos una huella triste, si le creemos a Pablo Milanés.

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El tiempo, como objeto del pensamiento, entra en la historia de las ideas revestido de un esplendor casi divino, ligado a las recurrencias de los astros pero también a las pulsiones y ritmos vitales y cotidianos. Es tan sólo hacia el siglo XVII cuando se comienza a forjar una imagen simplificada de nuestras vagas y subjetivas nociones de tiempo. De la mano de los hermosos y cada vez más precisos relojes de la época, la tensión entre la concepción cíclica y la noción lineal del tiempo fue cediendo terreno en aras de esta última. Newton habría de lograr para el tiempo, lo que los griegos habían hecho para el espacio con el desarrollo de la geometría. El tiempo ha entrado en los predios de la ciencia.

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El tiempo newtoniano concebido como una recta infinita en la que cada punto corresponde a un instante, le permitió inventar el cálculo diferencial, base de su teoría del movimiento. El tiempo, de acuerdo con la teoría newtoniana, es el mismo para cualquier observador, es absoluto; “desdeñoso del placer o del dolor, sólo transcurre”, dijo Octavio Paz. Esta concepción del tiempo habría de ser profundamente alterada por Einstein al entender la velocidad de la luz como una constante universal insuperable. El lapso entre dos eventos deja de ser absoluto para depender del movimiento del observador. En su teoría de la gravitación, la relatividad general, el flujo del tiempo depende de la gravedad, pudiendo incluso desaparecer en las singularidades asociadas con huecos negros.
Una característica peculiar de las leyes fundamentales que rigen el mundo físico es que son reversibles y no distinguen entre pasado y futuro, son reversibles. Sin embargo, sabemos que la realidad nos impone un flujo irreversible del tiempo, hay una flecha psicológica que nos permite distinguir el pasado definitivo, del futuro incierto. Y una flecha termodinámica señalada por el crecimiento de la entropía. El tiempo todo lo va esculpiendo de una manera inexorable. La frase de Margarite Yourcenar es contundente: el tiempo es el gran escultor.

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¿Es el tiempo mirado íntimamente, discreto y no continuo, y lo percibimos como un continuo fluir por la escala de nuestros sentidos, como ocurre con el cine? ¿Podrá una teoría aún por desarrollarse, que combine la relatividad general con los preceptos cuánticos arrojar luz sobre la naturaleza del tiempo? Estas interrogantes son un reto para la física de los años por venir que sin duda influirán en nuestra concepción futura de la realidad. Tal vez el desarrollo mismo de nuevas ideas de la ciencia dependa de una nueva noción del tiempo, acaso porque el tiempo es el único misterio esencial. Al menos eso escribió Jorge Luis Borges.

9 pensamientos en “EL TIEMPO, GRAN ESCULTOR

  1. Katania Felisola Responder

    Usted siempre exponiéndonos la hermosa poesía intrínseca de la ciencia más pura….

  2. Pingback:Resumen Semanal de la RedLBC del 3 al 9 de Abril, 2016 | RedLBC

  3. Carlos Corredor Responder

    Encontrar un científico, especialmente un físico, con sensibilidad y conocimiento artístico y literario es una de esas rarezas que nos depara el espacio-tiempo. Qué bueno que sea en el espacio de Bucaramanga y el tiempo presente cuando aparece y nos deleita con sus magníficas reflexiones. Gracias por estas publicaciones.

    • Hector Rago Autor de la entradaResponder

      Muchas gracias, amigo Carlos por tan elogiosos comentarios. Agradezco estar aquí realizando estos esfuerzos y tratando de ayudar a construir una cultura científica cercana al resto de las actividades humanas.
      Abrazos,
      H

  4. R. A. Vargas Responder

    Misterioso tiempo! Es una propiedad de la materia o es una realidad independiente de que exista o no materia?

    • Hector Rago Autor de la entradaResponder

      Es una pregunta que no tiene respuesta sencilla ni tal vez conocida. Lo cierto es que la presencia de materia altera las propiedades del tiempo: el “pasar” del tiempo depende de la gravedad que a su vez depende de la materia.

  5. Inés Bernal Alarcón Responder

    Ha sido un placer leer esta reflexión. La ciencia y la poesía cogidas de la mano. muchas gracias

  6. Francisco Gil Arnao Responder

    Un poeta entra al universo del tiempo y le susurra al oido cuentame tus secretos
    La ciencia crece en la pluma de Rago. Tecibe un.abrazo

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