PARTE 1
Hubo una época y un lugar, ninguno de los dos demasiado lejanos; donde confluyeron un grupo de jóvenes físicos extremadamente talentosos, importantes descubrimientos en física atómica, la posibilidad de un arma terrible, misteriosas desapariciones, intrigas e historias de espías.
Los protagonistas son “los chicos de la calle Panisperna”.
La historia comienza en la convulsa atmósfera de la Europa de pre-guerra, y se extiende hasta la tenebrosa época de la guerra fría.
Hacia 1930 en la calle Panisperna funcionaba el instituto de física de la Universidad de Roma. Fermi había reclutado a una serie de jóvenes brillantes, entre ellos Edoardo Amaldi, Emilio Segré, Ettore Majorana y Bruno Pontecorvo, para hacer física de primera línea.
Los llamaban los chicos de Fermi.
Pauli había anticipado la existencia de una partícula elemental producto de la desintegración del neutrón. El neutrino, así lo bautizaría Edoardo Amaldi años después, quedaría asociada por siempre a Ettore Majorana y a Bruno Pontecorvo, los más brillantes de los “chicos de la calle Panispernia”.
Ettore era de Catania, al sur, y nació poco después de que Einstein escribiera que E = mC^2.
Bruno, era el más joven, lo apodaban “el cachorro”. Bruno era de Pisa, al norte de Italia Y nació poco antes del descubrimiento del núcleo atómico.
Ambos comenzaron estudiando ingeniería y ambos se cambiaron a la física y ambos se graduaron bajo la tutoría de Fermi. Ambos eran despiadadamente talentosos y bien dotados para las matemáticas. Fermi diría de Majorana que pertenecía a la estirpe de Galileo y Newton; y que Pontecorvo era de las mentes más brillantes que había conocido a lo largo de toda su carrera.
Majorana era esquivo, de bajo perfil, reacio a publicar o a tener notoriedad. Pontecorvo era extrovertido, el alma de la fiesta y ambicioso. El núcleo atómico y su energía los enlazaba.
Cuando se conocieron los experimentos de los Joliot-Curie, Majorana le comentó a Fermi y a Amaldi, “los muy tontos descubrieron el neutrón y no se han dado cuenta. Fermi lo instó a publicar sus resultados, pero ya lo dijimos, Majorana era reacio a publicar. En 1932 Chadwick descubrió el neutrón y se ganó el Nobel.
En 1933 viaja a Alemania, conoce a Bohr y trabaja con Heisenberg, publica un trabajo en alemán sobre la estructura del núcleo atómico. Ese mismo año Hitler había sido nombrado canciller. Muchos científicos Einstein incluidos, se exilan.
Entre el 1934 y 1936 Pontecorvo participó con Fermi de la revolución de la física nuclear usando neutrones lentos para desestabilizar núcleos. La comprensión del núcleo atómico y con ella la posibilidad de disponer de su energía, estaba cada vez más al alcance de la mano.
En Italia el fascismo muestra sus colmillos y se promulgan leyes antisemitas. En 1936 Hitler y Musolini pactan. La atmósfera europea podía cortarse con el filo de una bayoneta.
Pontecorvo va a París a trabajar con Irene Curie y Frederick Joliot, que acababan de ganar el premio Nobel. Irene era hija de Marie Curie.
Bruno decide no regresar a Italia, por las medidas antijudías del régimen fascista. En 1937 Majorana, cada vez más huraño, publica su noveno y último artículo. Es sobre partículas que son sus propias antipartículas, llamados neutrinos de Majorana, un tema de enorme actualidad.
En 1938 Fermi obtiene el premio Nobel por explicar la fuerza nuclear débil y aprovecha su viaje a Estocolmo para exilarse con su famila y seguir a Norteamérica. Emilio Segré, también en los Estados Unidos, obtendría el premio Nobel en 1959. Los chicos de la calle Panisperna se dispersaron y la física italiana fue virtualmente aniquilada.
El caso más llamativo fue la repentina desaparición de Ettore Majorana tras tomar un barco de Palermo a Nápoles, a donde nunca llegó. Confusos telegramas, retiros de dinero de su cuenta y mensajes a su familia no hacen sino dramatizar la historia. Sus amigos Emilio Segré y Edoardo Amaldi mantuvieron la hipótesis de suicidio.
Otra hipótesis sugiere que se habría escondido en Argentina. Y hay quien piensa que vislumbrando la hecatombe nuclear se habría refugiado en un monasterio.En el año 2015 la fiscalía italiana cerró el caso estableciendo que estuvo en Venezuela y vivió en Caracas y en Valencia, a dos horas de la capital venezolana.
Nunca conoceremos con certeza cuál fue el destino de Ettore Majorana, el más brillante de los chicos de Fermi.
Esta historia continuará.
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En la musicalización del podcast se usó
1.- Música italiana instrumental
2.- Lili Marleen, versión alemana cntada por Lale Andersen y grabada en 1939.
3.- Mandulinata a Napule, música napolitana.
4.- Bajo el cielo de Paris, versión instrumental con acordeón.
Buena historia de la calle Panisperma, el
Hermano de Bruno , Guillo es muy conocido en Colombia por la película Quemada que filmó en Cartagena (70’) con Marlon Brando.
Así es…la vi en su momento.
Gracias y abrazos
H