¿Es posible entender el universo?, o mejor dicho, ¿es posible que la ciencia pueda abordar con sus métodos, al universo?
La respuesta es un rotundo SI.
El siglo XVIII fue testigo de cómo la humanidad comprendió el funcionamiento del sistema solar. En el siglo XIX comprendimos la naturaleza de los fenómenos electromagnéticos. En la primera mitad del siglo XX desentrañamos las propiedades cuánticas de la materia.
Es un logro de la ciencia de finales del siglo XX haber demostrado que el universo no es inmutable sino que evoluciona de acuerdo a ciertas leyes.
El primer artículo científico sobre el universo fue escrito por Einstein en 1917, antes de que se observara la expansión de las galaxias. El modelo de universo que Einstein propone, es estático y por eso no se corresponde con la realidad.
Hoy los artículos científicos, publicados en revistas especializadas, dedicados al universo son miles al año. La cosmología, se enseña actualmente en cursos universitarios y sus especialistas se reúnen en congresos, como los de cualquier otra disciplina.
El universo ya no pertenece a las religiones ni a la filosofía. El universo ha entrado en los linderos de la ciencia.
La razón de este progreso es fácil de entender: la tecnología actual permite a los científicos tener una enorme cantidad de datos valiosos. Enormes telescopios en tierra, y observatorios espaciales orbitando el planeta, observan constantemente al universo. Poderosas computadoras almacenan y manejan los datos. Y finalmente contamos con teorías capaces de darle sentido a los datos.
Es la afortunada conjunción de las observaciones precisas y de teorías exitosas, lo que ha permitido ir afinando modelos que se parezcan al universo real. Y los modelos permiten obtener respuestas cada vez más precisas acerca de las preguntas ancestrales: ¿Es el universo finito o infinito?, ¿Es eterno o tuvo un origen? ¿Cuál es su composición?, ¿Cómo evolucionará en el futuro?
El formidable descubrimiento de que, al igual que los planetas, las estrellas y las galaxias, todo el universo evoluciona, abrió las puertas para que la ciencia, con su modestia, pero también con su arrogancia, lo indague, lo estudie y nos diga todo lo sorprendente que puede ser.
Escucha el programa radial sobre el Universo y la Ciencia