EL PADRE DE LA BOMBA ATÓMICA

 

 

«Los físicos hemos conocido el pecado»

Robert Oppenheimer

Héctor Rago

Los físicos hemos conocido el pecado. Tan terribles palabras fueron un mea culpa a raíz de la explosión de las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki. Tan terribles palabras fueron pronunciadas por Robert Julius Oppenheimer, el Padre de la bomba atómica.
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Robert Oppenheimer, nació en 1904, en Nueva York. De refinada educación, cultivó el aprendizaje de idiomas, poesía, filosofía oriental y clásica. Estudió física en Harvard, Cambridge y Gottingem bajo la tutela de físicos tan prestigiosos como Ernst Rutherford y Max Born.
Como físico su nombre se asocia con contribuciones a la mecánica cuántica y a la teoría de la relatividad. Descubrió la ecuación del equilibrio estelar en estrellas muy densas, y sentó las bases para el estudio del colapso gravitacional y los agujeros negros.
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En 1941 fue llamado a dirigir el Proyecto Manhattan, con la misión secreta de fabricar una bomba atómica. Tuvo bajo su responsabilidad a más de cinco mil científicos ingenieros y técnicos. Su enorme prestigio como científico, combinado hábilmente con las virtudes del gerente, garantizó el éxito del proyecto. Un éxito abominable: en agosto de 1945 dos bombas atómicas, la más letal de las armas, destruyeron Hiroshima y Nagasaki.
A raíz de la explosión, Oppenheimer recordó el Bhagavad Gita, poema épico hindú:
«Me volví Muerte, el destructor de mundos».
Vivió con un profundo sentido de culpabilidad, y luchó denodadamente, desde la Comisión de Energía Atómica, por el uso pacífico de la energía nuclear recién descubierta.
Se opuso abierta y controversialmente al desarrollo de la bomba de Hidrógeno, la bomba de fusión, mucho más poderosa que la de uranio. Su antiguo colaborador, Eduard Teller se hizo cargo y Oppenheimer perdió poder. Su vinculación con círculos intelectuales de izquierda, su apoyo abierto a la república española durante la guerra civil, un affaire de juventud con una militante del partido comunista y su oposición a la bomba termonuclear, lo convirtieron en víctima de la despiadada cacería de brujas que fue el macarthismo. Aunque nunca lograron declararlo culpable, fue removido de la Comisión de Energía Atómica y no tuvo acceso a secretos militares. La intolerancia y la libertad científica no suelen llevarse bien.
En 1963 su figura fue reivindicada cuando el Presidente Lyndon B. Johnson le confirió el premio Enrico Fermi.
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Robert Oppenheimer conoció el pecado, pero su entereza y su carácter complejo y profundo pudieron redimirlo.
Robert Oppenheimer falleció en el año 1967 de un cáncer de garganta.

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2 pensamientos en “EL PADRE DE LA BOMBA ATÓMICA

  1. Tabaire Díaz Responder

    Ciertamente, el Dr. Héctor Rago nos lleva suave y gentilmente de la mano por la senda del conocimiento a quienes vivimos en “el oscurantismo” en cuanto a temas científicos se refiere. Debe ser un gusto ser su pupilo. Yo disfruto cada programa. Muchas gracias.

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